sábado, 10 de diciembre de 2011

Un cuento de navidad

   El invierno suele ser frió y gris, el cielo esta cubierto de nubes y apenas se puede salir a la calle por la lluvia, la nieve... el mes de Diciembre tiene estas características por eso un día alguien que se encontraba en su casa aburrido sin salir temeroso del frió, la nieve y la lluvia se hizo una pregunta: ¿Cuantas personas estarán como yo? ¿Que hacer para alegrar este invierno?


  Y tubo una idea: ¡Hay que dar color!¡Empezare desde dentro!  
  Su pequeño hogar, una casita en medio de una montaña, solo disponía de una instancia, en ella había una mesa, una silla, una cama, varias vasijas y algunos utensilios para cocinar que estaban apilados en una estantería junto a una gran chimenea.
 Salio fuera y en su establo guardaba botes de pintura, los cogió y se dirigió al bosque allí cogió los frutos secos que encontró y empezó a darles color, cuando estuvieron secos los recogió y volvió a casa. Adorno su chimenea y fue a buscar a sus vecinos que vivían en cabañas distribuidas por la montaña, les mostró su hogar y todos quedaron sorprendidos. Le preguntaron que si celebraba algo y el después de pensar un rato dijo: Esta cerca el aniversario del nacimiento de Jesús, ¿que mejor celebración que el nacimiento de un niño? 

 Al día siguiente todos empezaron a dar color a un mes que desde entonces siempre había sido soso y gris. La idea fue de boca en boca de una aldea a otra, salían de sus casas para ver los adornos de los demás vecinos y estaban muy agradecidos a este hombre aburrido que para darle color al invierno invento la Navidad.


Ahora el color esta dentro y fuera de nuestros hogares, pero no debemos olvidar que donde verdaderamente debe de haber color es en nuestro corazón.
                                               
                                                                                    
               

 A mis hijos, que llenan mi vida de color y sentimientos.