Los castillos encierran dentro de sus torres y murallas historias, romances y leyendas, la provincia de Jaén destaca por sus sobresalientes castillos como el de Alcaudete, Alcalá la Real, Camera, Cazorla... que se alzan entre sus verdes campos de olivos contemplando los pueblos, montañas y valles.
El pasado viernes visité el castillo de Santa Catalina en Jaén (s.XI, actualmente Parador Nacional) rodeado de un frondoso pinar hace que el aire sea fresco y puro, desde el podemos contemplar la ciudad en ella destaca su hermosa catedral(s. XVI - XIX), disfrute de su belleza y fotografié su esplendor.
Esta ciudad está llena de encanto solo hay que pasear por su casco antiguo para disfrutar de su atractivo y tomar algo en sus cascas, lugar de reunión de amigos y viajeros.
Esta ciudad está llena de encanto solo hay que pasear por su casco antiguo para disfrutar de su atractivo y tomar algo en sus cascas, lugar de reunión de amigos y viajeros.
A los pies del castillo se encuentra el barrio de la Magdalena, un barrio rico en historia y lugar donde se acontece le leyenda de lagarto Jaén. Se cuenta que hacia el año 1626 un lagarto de grandes dimensiones aterrorizaba a los lugareños, se comía sus ovejas y asustaba a todos los que iban a por agua a la fuente. Un preso condenado a muerte que solicita su libertad a cambio de matar al lagarto, para ello pidió un caballo, un saco de panes y otro de pólvora. Junto a la cueva fue dejando hileras de panes que el lagarto seguía para comerlos, hasta llegar a la plaza de San Ildefonso donde el preso dejó el saco de pólvora que el animal devoró y al llegarle al estomago el lagarto reventó. Desde entonces se hizo famoso en la comarca el dicho: vas a reventar como el lagarto de Jaén.
Al atardecer pasear por el elegante escenario del bulevar es lo ideal, modernidad y color fruto de sus grandes fuentes llenas de vida y la pureza sus aguas.
Y con solo alzar la mirada se puede contemplar el majestuoso castillo, su iluminación nocturna lo hace único, un acontecimiento que se repite noche tras noche, cuando la luna llena se posa sobre el admirarlo nos hace soñar, volar al pasado e imaginar que historias, romances y leyendas encierran sus murallas.
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