Unos de los espectáculos más bellos y llenos de color son los amaneceres y atardeceres en el mar. Para mi lo más gratificante es levantarme por la mañana asomarme al balcón y ver el mar, pasear por la orilla de la playa al atardecer, contemplar como el sol pigmenta con colores cálidos cielo y mar, luego desaparece como por arte de magia bajo las aguas.
Contemplar el mar un dia de lluvia es asombroso, me aporta tranquilidad y paz , el horizonte se pierde entre nubes y las gotas de lluvia se confunden con el agua del mar, el olor de sus profundidades llega hasta la orilla. Pero la lluvia y la marejada entristece a algunas personas, no es para ellas un espectáculo bonito, así que mejor nos quedamos con un dia soleado, un mar sereno, en calma y en reposo que nos deje una sonrisa en el rostro.
El mar malagueño ademas de mostrarnos su encanto nos ofrece su pescado fresco que podemos degustar en sus alegres chirinquitos a pie de playa disfrutando de paisaje.
Hace ciento treinta años, el 25 de Octubre de 1881 nació en Málaga Pablo Ruíz Picasso, pintor, escultor, grabador y ceramista.
A pesar de la simultaneidad de estilos que componen su obra, sus lienzos no me transmiten nada, no despiertan en mi sentimiento alguno, a escepción del Guernica que me provoca desasosiego y tristeza.
De Picasso me gustaría tener su habilidad, perfección y su dominio del color.
El palacio de Buenavista (ahora Museo Picasso) y el Museo de Bellas Artes de Málaga son maravillosos lugares para pasear por sus alrededores, visitar sus interiores y ver obras del artista.
Un deleite para nuestros ojos nos ofrece la provincia de Málaga, mar, sol y cultura.
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